En los últimos años, la acuicultura se ha convertido en una de las actividades productivas más dinámicas del país, generando alimento, empleo y desarrollo en las zonas costeras y rurales. Pero para que este crecimiento sea sostenible y no comprometa la salud de los ecosistemas, es indispensable cumplir con la regulación sanitaria que supervisa el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), organismo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).
¿En qué consiste la sanidad acuícola?
La sanidad acuícola reúne todas las medidas preventivas y de control que buscan evitar la propagación de enfermedades entre los organismos acuáticos cultivados. Estas acciones están respaldadas por la Ley Federal de Sanidad Animal y diversas Normas Oficiales Mexicanas (NOM), las cuales establecen los lineamientos para garantizar que los productos de origen acuícola sean seguros para el consumo humano y no representen un riesgo para otras especies o para el ambiente.
El Certificado de Sanidad Acuícola para Establecimientos en Operación (CSAEO)
En México, todo establecimiento que produzca, procese, comercialice, transporte o almacene especies y productos acuícolas debe contar con un Certificado de Sanidad Acuícola para Establecimientos en Operación (CSAEO). Este documento, emitido por SENASICA, confirma que la empresa cumple con las condiciones sanitarias, técnicas y de infraestructura necesarias para operar de forma segura.
El CSAEO garantiza que las instalaciones aplican protocolos de bioseguridad, mantienen registros de trazabilidad y adoptan buenas prácticas de manejo. Además, facilita la movilización, exportación y comercialización de los productos, ya que muchos mercados nacionales e internacionales exigen esta certificación como prueba de cumplimiento sanitario.
Supervisión y cumplimiento
Para conservar el certificado vigente, los establecimientos son sujetos a visitas de verificación y muestreos sanitarios. Estas evaluaciones permiten confirmar que se mantienen las condiciones adecuadas de limpieza, desinfección, control de plagas y manejo responsable del agua y los desechos.
Conclusión
Cumplir con la regulación sanitaria no solo es un requisito legal, sino una estrategia clave para mejorar la calidad, la confianza y la sostenibilidad de la producción acuícola mexicana. Operar bajo un CSAEO vigente refleja compromiso con la inocuidad alimentaria, el bienestar animal y la protección del medio ambiente, pilares esenciales para consolidar una acuicultura moderna y responsable.